La Amazonia peruana a finales
del siglo XIX y principios del XX tuvo un período de bonanza
económica a través de la explotación de un
recurso natural, el caucho. Asimismo, el aprovechamiento y uso de
este recurso natural para la exportación en el mercado internacional
tuvo como pilar, básicamente, la mano de obra indígena.
La “fiebre del caucho” causó un serio impacto
en el aprovechamiento de este recurso natural y en la vida social
de entonces cuyo eco llega hasta nuestros días. El presente
en la selva norte peruana se mueve en esa contradicción de
añorar esa época dorada y de esplendor económico
y la muerte de miles de indígenas en los fundos caucheros,
especialmente en la región del Putumayo.
Esa contradicción en la que se mueve la población
amazónica y peruana se traduce en una débil o casi
nula política de la “memoria histórica”
de parte de los poderes públicos en la selva y en el ámbito
nacional. No se quiere recordar lo que pasó o en el peor
de los casos se desata una polarización estéril que
se escora en el excesivo protagonismo del cauchero en nuestra sociedad.
Obviando en este ejercicio el asesinato de indígenas que
ha debido conllevar a una reflexión para que nunca más
suceda un hecho sangriento como ese, pero, no ha sido así.
Ha pasado y pesado el borrón y cuenta nueva.
Si no reflexionamos sobre los hechos que ocurrieron y la muerte
de personas humanas, las cicatrices sociales de lo que pasó
en el Putumayo no estará cerrada. Seguirá supurando
el dolor. Ante esto, como ciudadanos y ciudadanas de la Amazonia
estamos en el deber de impugnar ese olvido y promover el recuerdo
e incentivar a los poderes públicos políticas de la
“memoria histórica” que en el fondo son políticas
de afianzamiento de los derechos fundamentales y de resarcimiento
con nosotros mismos.
Esta sección de LRT tiene como objetivo promover
el debate y aportar argumentos para el reclamo ante la justicia
del derecho fundamental de la memoria histórica a través
de la legislación, la jurisprudencia y la doctrina.
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